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Sin en el banquete de la vida no hay asiento para todos,
es porque algunos... Ocupan demasiado lugar. ver video

sábado, 29 de marzo de 2014

ARROYO ESPERITA

 
 
A dónde va tu bajante, qué Río Luján te espera                             
aférrate a tus raíces, nunca te entregues ¡Pelea!

 Se despide, con los muelles sentados en las veredas                            
y desnuda su sequía. Un sauce llora y mielea.

Cuando parece que se diluye, que no despierta la siesta           
vuelve el agua arrepentida; y crece, crece serena.

Trae las hojas que le prestó el otoño, y como moño                 
aquella seca flor de primavera.

Asoma y se agiganta, contra el barro óxido                                             
y su gramilla reserva.

Empapa todos los labios de la casuarina añeja,                                
las canoas se revelan tornándose hacia el oeste                            
donde el sol tibio se aleja.

Y festejan las mojarras, siete de plata en su mueca                         
que enfrentan todos los bastos                                                                    
y hasta el vale cuatro arriesgan.

Pasean los camalotes como carrozas de fiesta,                              
salta voraz tararira con un anzuelo entre cejas.

Llega despacio la noche, el Esperita se acuesta                                  
con la histórica Anastasia, abanderada de niebla.

 
Todo sucede en tu día                                                                                     
y un poema te recuerda.

TRES SOÑADORES...


…¿Cómo te encontraste, aquí, con Walsh?  

Walsh: -Contale Haroldo-                           

Conti: -Resulta que me atrasé debido a una reunión que tuve con otros escritores, y al llegar al Gambado había tan poca agua que no pude cruzar el arroyo. Para mi suerte, la almacenera entraba al Carapachay y me acercó hasta acá. Lo que no imaginé fue encontrar a Rodolfo con sombrero de paja y sin sus anteojos de marcos oscuros-

Walsh: -Es para pasar desapercibido-

…-Perdón. ¿Y, por qué usas pedacitos de carne para pescar, si es mejor usar lombriz?-

Conti: -Seguro que también tiene una explicación. ¡Para todo tiene una explicación!-, susurra Haroldo, mientras pone a calentar la vieja pava vestida de hollín.

Walsh: -Resulta que la carne no se mueve debajo del agua, pero atrae por los jugos que despide. En cambio, la lombriz enseguida delata la posición donde se encuentra y “zas”, cualquier pez chico se gana el trofeo-

…-Me resulta extraña tu explicación, Rodolfo. Aunque ya el hecho de estar aquí ya es sumamente extraño-

Es extraño el contexto, pero gratificante gracias a la humedad del tiempo que respiro.

¡Tomate un matecito! Le dice Haroldo a su colega, mientras calienta más agua que filtró del arroyo.

Conti: -¿Y vos, che, cómo llegaste hasta aquí?

…-Yo estaba pescando acá cerquita, en el arroyo Esperita, sentado en mi reposera. De repente se sucedieron dos bostezos, luego cabeceé tres o cuatro veces y aparecí compartiendo esta mesa con ustedes-

 

Una rama de sauce, que trae el recuero del antiguo “álamo carolina” rechina como queriendo advertirme de que ¡Algo parece ilógico!, pero esta es una noche para soñar, única, irrepetible. Y por muchas cosas más, diría Walsh, este momento cotiza más que “un kilo de oro”.

Consulto a Rodolfo, si conoce algún sitio web interesante, y me contesta:

-¡Este es un sitio bueno!, acá se respira vida y muy pocos conocen este paraíso perdido.

-¿De qué sitio hablan, che? Pregunta Haroldo.

…-No, de nada. Creo que Rodolfo no me entendió la pregunta-

Conti: -¿Tomás mate amargo?-

…-Sí, gracias. “Para dulce esta la vida”-

Conti: -Haces muchas preguntas vos. Tendrías que escribir algún relato policial. ¿Qué opinás Rodolfo?-

 Walsh: -¿Que opino? ¡Menos relatos policiales y más poesía! Mirá lo que es este río, los pájaros, el perfume verde de los árboles…-

…-Bueno, bueno. Para que no haya diferencias prometo escribir todos los relatos y poesías que pueda-

Te tomo la palabra, así que no nos falles, agrega Rodolfo.

Walsh: -¡Haroldo! ¡Haroldo! ¿No viste dónde fue Haroldo?

…-La última vez que lo vi irse, estaba intentando encender el farol a kerosene-

Walsh: -Ahora que estamos solos ¿Te puedo preguntar algo?-

…-Por supuesto, Rodolfo-

Walsh: -Si no recuerdo mal, el 24 de Marzo de 1977 escribí una carta donde relaté unas cuantas verdades ¿Sabés si alguna vez la leyeron?

…-Sí, la leímos unos cuantos. Lamentablemente, en la actualidad, se lee una vez al año. Pero lo que te puedo asegurar es, que para los que comprendimos tus palabras, ya no existen grises sobre la realidad que vivimos. Lo que lamentamos mucho, es que después de esa carta, no te vimos nunca más-

Walsh: -¡Ves! Lo que te explicaba antes. Ese día…

Encarné con lombriz.