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lunes, 5 de julio de 2010

El conocimiento como nuevo factor de crecimiento y desarrollo económico

En las condiciones actuales el desarrollo científico tecnológico ha generado una interacción entre dominadores y dominados en el plano internacional, basado en ventajas competitivas. Estas ventajas han sido apropiadas y hoy lideradas mundialmente por un selecto grupo de países capitalistas con sólida infraestructura científica tecnológica, dominio de los mercados y elevada calificación de la fuerza de trabajo.


La meta principal de un Estado será entonces elevar los niveles de cultura de su sociedad en forma permanente - tienen necesariamente que operar en el mercado internacional bajo estas reglas- para incrementar el desarrollo económico social.
La ecuación educación-desarrollo debe orientarse hacia el capital humano, de manera que los ciudadanos estén mejor preparados para enfrentar los cambios tecnológicos y la era de la informática, en un mundo dinámico, pero tremendamente competitivo y globalizado. Esto hace que las dificultades económicas actuales en los países no desarrollados (dejemos para otra oportunidad la discusión “¿A qué llamamos países no desarrollados o sub desarrollados?”) no permiten asimilar de forma eficiente y de manera inmediata toda la inversión educativa que se realiza. Entonces se debe trabajar para que en el mediano plazo la calificación brindada signifique una fortaleza donde “el capital humano puede más que el capital financiero”.
Entre los países que más asimilan los avances tecnológicos, aparece Cuba como uno de los dos países del continente con mejor indicador de personas dedicadas a la investigación-desarrollo. Existen también numerosas experiencias de investigación, colaboración y participación pública que hacen del desarrollo tecno-científico una actividad de un alcance social bastante amplio, donde una red de actores interviene en el desenvolvimiento de la empresa tecno-científica.
Otro dato importante muestra que entre las diferentes naciones puede construirse una línea correlativa entre el número de científicos por habitante y el Producto Interno Bruto (PBI) de cada país.
En este sentido, deberíamos tener en cuenta algunas pautas:
• Formar científicos en su calidad, pero también en su cantidad.
• Activar la circulación del conocimiento dentro de la sociedad y entre diferentes campos de la creación científica y cultural. El valor del conocimiento radica tanto en su volumen como en la intensidad de su circulación.
Y una fundamental, para cambiar el paradigma actual:
• Avanzar en la formación cultural e ideológica de los científicos; y preparar cada vez mejor al hombre que no solo sabe lo que hace, sino porqué y para qué lo hace; y qué relaciones tiene su trabajo con la labor de muchos otros; que haga suya la herencia de ideas y valores que entrega nuestra historia; que comprenda su mundo, para ayudar mejor, a partir de este y a través de este, a todo el mundo.

Como conclusión deberíamos pensar la integración de la investigación científica como parte de una actividad cotidiana. Este esfuerzo, permitiría reducir paulatinamente los tiempos que van desde la innovación y la aplicación de la ciencia, para la educación, la cultura, la salud y otros campos

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología de América Latina (Albornoz, 2001)
“Ciencia, tecnología y desarrollo social en el debate contemporáneo”. Jorge Núñez Jover
“ Producción de Conocimiento y valor en el pos fordismo” Antonella Corsani y Rullani, Enzo
“Política Social: El mundo contemporáneo y las experiencias de Cuba y Suecia”.
“ Fundamentos de la Administración del Conocimiento”. Garibaldi Carlos En http://www.biblioteca./apg.org.ar/

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